¿Que
hay allí?
Todos de pequeños tenemos un miedo
que es muy común en la infancia, que es temerle a la oscuridad, pero con el
tiempo dejamos de temerle y en algunos casos nos burlamos de quienes aun le
temen, pero no muchos que a ese insignificante miedo también se puede convertir
en una fobia cuyo nombre científico es nictofobia o acluofobia. Se puede decir que se le tiene miedo a la oscuridad, a no
ver nada, pero mayormente se le tiene miedo a la oscuridad por
que se teme ver algo, es decir, que en el momento que menos te lo esperes empiezas
a relacionar tu situación con alguna escena de terror, un psicópata esperándote
para que seas la próxima victima, o un muñeco asesino esperando bajo tu cama
con un cuchillo entre otros personajes ficticios.
Tenerle miedo a la oscuridad es normal pero ¿Cómo se puede saber cuando
de un miedo normal puede pasar a ser obsesivo y de allí a ser patológico?
Cuando eso sucede se ven síntomas muy notables, como angustia, sudoración
excesiva, pulso cardiaco acelerado, vómitos, mareos, bloqueo del pensamiento,
entre otros. Si se preguntan el motivo del cual aparece esta fobia, se puede
decir que desde pequeños los padres nos meten terror, diciendo cosas como “si
te portas mal en la noche vendrá el espíritu chocarrero por ti” y esa
canción del coco “duérmete mi niño, duérmete ya, que viene el coco y te
comerá”. Tampoco esta de más decir que las películas de terror inspiran a la
imaginación del niño al ver escenas familiares a las que vive día a día lo
motiva a creer que es posible que eso le pueda ocurrir a él.
Hay que destacar que en el momento de ir a la cama, en la oscuridad, un
ruido, una sombra, el tic tac del reloj, pone en alerta a todos los sentidos
del niño, poniéndose nervioso y como único mecanismo de defensa que puede usar
es taparse la cabeza con la cobija, apretar los parpados, y prender la luz. Hay
que destacar que existen diversos tratamientos para esta fobia unos mejores que
otros pero se tiene que tener en cuenta cual es adecuado para el infante ya que
cuando es una fobia leve tiende a curarse sola, normalmente cuando van a un
psicólogo, este les recomienda poner bombillos de baja intensidad para que no
quede en total penumbra ni haya tanta luz y así se valla acostumbrando; sin
embargo hay casos difíciles de tratar, en lo cuales se tienen mucho cuidado no
sea que agraven la situación.
Para finalizar aunque esté un poco fuera de contexto el ser humano tiene
como reacción natural temerle a la oscuridad porque desde los comienzos de la
humanidad la noche o la oscuridad han sido la “amiga” de los depredadores mas
peligrosos para así atrapar a sus victimas, y con el tiempo se ha pasado de
generación en generación el temerle a la oscuridad porque el hombre no ve en la
oscuridad con la misma facilidad que se ve de día.
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